El té y las piedras

El té y las piedras

Hoy de nuevo con ustedes, mecida por las olas, mis queridos compañeros internautas, para iniciar un nuevo té con el que pretendo hacer llegar un mensaje sobre las piedras. Debemos encontrar siempre un momento para tomar una taza de té verde, aunque la velocidad a la que nos vemos sometidos a lo largo del día nos arrastre. Buscaremos esta vez si os parece un semáforo en rojo que nos sirva para hacer una pausa y descansar, recobrar fuerzas físicas y mentales para continuar con la batalla diaria que es la vida.

¡Ah! El tiempo! Entendido como una cadena que nos estrecha el cuello, cuando debería ser todo lo contrario, el que tomamos para nosotros mismos y para los demas. Pero hemos llegado a deformar esa concepción positiva de los minutos y de los segundos ya que parece que solo los incluimos en el saco del trabajo, del compromiso y no en el del ocio, el tiempo libre, la reflexión de la vida que llevamos y la que nos gustaría llevar. Aquí aporto mi grano de arena, hoy transformado en pequeña piedra para que tal situación se dé entre nosotros en la red.

Un día paseaba por la playa del Palo en La Garita cuando unas olas juguetonas llevaron a la orilla unas piedras volcánicas del fondo marino, arrancadas sin duda por la fuerza del mar que golpea nuestras costas formadas hace miles de años por la explosión de volcanes que son imagen perpetua de las Islas Canarias. El mar siempre arrastra cosas curiosas… que he recogido, pero estas piedras me llamaron especialmente la atención la primera vez que las vi, por sus dimensiones, por sus variados tonos negros y marrones y por sus formas, que apenas pesan.

Me parecieron como un puzzle que pedía ser montado para concentrar toda su energía y me decidí a componer un mural con todas ellas y con algunas otras que reclamaban mi atención sobre la arena ya seca.No crean que la tarea fue sencilla ya que de poco sirve él juntarlas por tonos o formas, ni siquiera por tamaños. Me di cuenta que poco a poco, cada una de ellas pedía ser colocada en el sitio que tenía ya preestablecido, como un rompecabezas invisible y cuyas reglas solo ellas mismas conocían.

Tal ardua tarea de horas y horas con mucha paciencia dejan mucho tiempo para la meditación y para pensar en infinidad de cosas, algunas banales, otras más importantes, pero ninguna carente de interés. Esta curiosa situación me hizo ver que las piedras se portan como las personas pues las hay grandes y pequeñas, rubias o morenas, con defectos o perfectas, pero a veces a simple vista no se ve, hay que tratarlas… claro que no todas encajan, cada una tiene su sitio en la vida, en el trabajo etc.…, y de poco vale que te esfuerces en encajarlas pues el sitio que les destinas no es el adecuado …

También pense que con seguridad algunas de aquellas piedras en principio tuvieron una forma que fue cambiando con la erosión del viento o del agua, para convertirse en otra piedra completamente distinta. A veces me sucedía que al coger las piedras y moverlas un poco mas de la cuenta, terminaban rompiéndose, ya que estaban huecas…, otras en cambio tenían tantas aberturas que intentaba partirlas para rellenar huecos pero eran tan sólidas… A veces las personas reciben golpes duros que la vida les da pero saben encajarlos y se hacen mas fuertes, ese es su mérito.

Hay quien defiende que el destino esta escrito en algún sitio invisible a nuestros ojos, que esta marcado y que las circunstancias que nos rodean ocurren por una razón o por la causalidad tal como el mural de las piedras que tomó forma poco a poco. Puede que esto sea así pero también creo que aunque el destino este escrito debemos buscarlo y ejercer el privilegio de nuestro libre albedrío.

En mi caso el mural se concibió por mi entusiasmo, mi paciencia, la ilusión y las ganas de saberme viva. Ahora al verlo, tocarlo, percibir su energía, y sentir sus vivencias en el fondo marino, me doy cuenta que ha valido la pena después de tanto esfuerzo como reflejo de una ilusión. Una vez Jesucristo dijo, “si las piedras hablasen”.

El té hoy se hace nuevamente camino con la reflexión de las piedras volcánicas… si prestamos atención hasta una piedra nos hace reflexionar… Un proverbio chino dice “con el tiempo y paciencia se convierte la hoja de mora en vestido de seda”.

Las Palmas de Gran Canaria a 15 de febrero de 2004

Nuestras energías y mi cariño van para dos jovenes parejas de buenos amigos, Daniel Blaj y Jane Trif de Rumania, afincados en nuestras islas desde hace ya unos años, y Luis Alfredo Brito Infante y su esposa Ninoska Moreno Urdaneta, recién llegados de Venezuela a lo que deseamos toda suerte de venturas en nuestras cálidas y queridas tierras canarias.