El Te y las mascaras

LA COMETA, EL TE Y LAS MASCARAS

Esta mañana me he sentido más alegre que de costumbre cuando mis pasos me llevaron hacia la playa, tal y como hacía cuando era niña y mi cometa era mi fiel compañera de juego remontando el vuelo y fundiéndose con el azul del cielo que cubre nuestra ciudad.

Ante mi perplejidad una voz surgió del ruido de las olas dirigiéndose a mí para decirme, "no temas…sube y déjate llevar por ella…comparte tus pensamientos… tu alegría y transmítela por doquier…" Sin pensarlo me vi transportada a las alturas. Jugueteamos con el viento, saludamos a las nubes y juntas planeamos sobre nuestra ciudad de Las Palmas de Gran Canaria que hoy bulle en estas fiestas de carnaval.

Vimos gentes sonriendo, máscaras y multitud de colores inundaban las calles por las que fluían alegría, amistad, complicidad y felicidad. Cada año llega ese tiempo en el que la diversión se apodera de las calles, de las casas, de las familias.Es la hora de la máscara, tiempo de carnaval. En unos lugares se celebra mas que en otros.Supongo que será por la idiosincrasia de las distintas culturas.

Aquí, en Canarias, tenemos la suerte de que sea una de las fiestas grande del año. Y ante tal acontecimiento mi conclusión se encamina a la filosofía misma de la máscara. ¿ Cómo surgió? El disfraz manifiesta el más increíble de nuestros sueños y de esta forma somos héroes o villanos, cortesanas, pirata de pata de palo, hadas… lobos feroces o inocentes caperucitas.

A veces la máscara, la llevamos sin que ni siquiera seamos conscientes de ello. Sin embargo en otras ocasiones forma parte de nuestro ser. Un tipo de máscara es aquella que nos vemos obligado a poner y hasta una coraza, para que no nos hagan daño. Quizás como defensa, quizás por falta de valentía o quizás porque no nos gusta lo que llevamos dentro.

Tal vez hasta la vida misma sea una máscara, una bella máscara en la cual cada uno deba investigar cuál es la más apropiada para su persona. Nada más y nada menos. Tras un largo paseo, un grupo de alegres gaviotas se unió a nuestro vuelo. Una de ellas, la más atrevida, tensó el hilo de la cometa con su pico y tirando amorosamente de él nos llevó nuevamente hacia el suelo aterrizando sobre la arena caliente.

De vuelta a la realidad, cargada de energía, envuelta todavía en un sinfín de positivas sensaciones, llega el tiempo de la reflexión, que todo tiene un momento en la vida y que ésta nos brinda multitud de momentos que debemos saber aprovechar. En nuestras manos está la oportunidad de elegir para aceptar o no, para soñar, volando con una cometa, haciendo reales esos sueños.

Desde esta tarde de té invito a los amigos de Internet a que disfruten de los carnavales, el de la calle y el que lleva en su interior… Nuestras energías van para Conchy Romero, mi querida hermana, miembro de nuestro Club de Hadas, que viene desde Paris para disfrutar de este tiempo de carnaval.

Las Palmas de Gran Canaria , Carnaval del 2002