NAVIDAD 2002

EL AMIGO DELFIN

Hace frío y nieva en Europa, sin embargo en nuestro archipiélago canario la temperatura sigue siendo un regalo de la naturaleza. Como tantas veces he bajado a la playa para darme un baño en invierno. Pero el día de hoy no transcurrió como los demás, acaso fue el encontrarme embebida entre los párrafos de Pablo Coehlo.

 

Quizá fue un halo de energía que los vientos del norte arrastraron desde Galicia, no lo sé, como digo, estaba tumbada sobre la arena, relajada. De repente una ola enérgica y suave al tiempo me arrastró mar adentro. Me encontré sumergida en el fondo marino de aguas cristalinas sin contaminar, un lugar sereno. Por unos segundos me sentí inquieta sin saber que pasaba ni por qué estaba allí.

 

Respirando como un pez pude nadar hasta unos corales de mil colores como si de la paleta de un pintor se tratara. Miré a un lado, un alegre y sabio delfín vino a mi encuentro; me sorprendió con sus atrevidos juegos de cabriolas. Una gran  paz me inundó al observar tanta belleza y armonía.

 

Mi nuevo amigo se acercó tímidamente para no asustarme. Su piel suave y plateada contrastaba con unos brillantes ojos color azabache. Aquellos ojos me cautivaron como lo hace una mirada de enamorado. Siempre había oído que los delfines se comunicaban por ondas sonoras emitidas desde su cerebro y de tal manera recibí su voz. Fue entonces cuando empecé a ver desde sus ojos. Me había transportado a un lugar cercano.

 

 

¡Mira¡, - dijo: hace unos cuantos meses el hombre realizó unas maniobras militares. Lo que era alegría y vida se transformó en muerte y desolación. Unas enormes embarcaciones de guerra rasgaban los fondos marinos, los peces desorientados por los radares viajaban sin saber que rumbo seguir. Unos días después en la orilla de unas playas cercanas yacían varados sus cuerpos inertes. Las leyes del mar, de la vida en general, habían sido quebradas de nuevo por el ser humano.

 

Me mostró,  como en un enorme acto de egoísmo e ignorancia, le estamos quitando poco a poco la vida  al planeta que nos la dio. ¿Cuándo vais a despertar? Los seres humanos estáis como atontados, no sabéis ser libres, no valoráis, no respetáis la vida, estáis atrapados en vuestros propios errores, no deberíais sentiros como seres superiores.

 

Seguimos navegando hacia el Norte. Millones de peces con ojos tristes nos miraron. Sus lágrimas se fundían con el agua. Miré al delfín, dos lágrimas cayeron también de sus negros ojos y no pudo evitar sentirme culpable. ¿Qué hacemos los humanos con nuestro comportamiento? El hombre siempre escribe su historia con tinta roja de sangre de los seres vivos que destruye y con tinta negra de una de sus creaciones.

 

¿Sabes?, siguio diciéndome, el mar no nos pertenece, nosotros pertenecemos al mar. El daño que le hagáis os lo haceis a vosotros mismos. ¿Qué pretendéis los seres humanos? Presumís de vuestra inteligencia, de vuestro poder, de vuestra tecnología…pero no es así.

 

De nosotros dependéis para sobrevivir, del mar, las plantas, el sol … de la vida en suma. Montada sobre su lomo me hizo ver las castigadas zonas de la costa…..Ver como la superficie se hallaba cubierta de una mancha negra que no permitía el paso de los rayos del sol era desolador. Las aves embadurnadas de negro alquitrán, sin poder levantar el vuelo. Me hizo saber que aquello no acababa allí, que muchas zonas del mar están contaminadas como lo está  ahora Galicia, que cada día había mas vertidos de toda índole.

 Los intereses económicos estaban atacando este planeta. Al caer la tarde, el delfín me llevó de regreso a la arena y al volver a su elemento me pidió que transmitiera este mensaje de alerta a la humanidad, perdiéndose de vista entre las olas.

 

Hoy estoy aquí con vosotros, amigos de Internet, para llevaros  este grito de “nunca más,” a cada rincón del planeta. En esta tarde de té, solitaria con mis pensamientos, un té que es como una senda dejando huellas para los que vengan detrás, con la esperanza de que no comentan los mismos errores, quiero enviar nuestras energías y mi gratitud a todos aquellos, especialmente a los jóvenes, que han contribuido con su desinteresado esfuerzo a demostrarnos la grandeza del ser humano…

Las Palmas de Gran Canaria a 13 de Enero de 2003