Relato de un té de Primavera

Relato de un té de Primavera

En un reino muy querido y respetado, sucedió una bonita historia de amor. Su príncipe heredero, un joven apuesto, esperaba el día en que conocería una mujer bella e inteligente para convertirla en su esposa. Y el tiempo pasaba… Con motivo de la llegada de la Primavera, su consejero propuso organizar unas tardes de té. El evento duraría tres días. Tres tardes que serían como en las antiguas fábulas y leyendas. El té se serviría en los jardines de palacio, cuajado de flores.

Y llego el momento, todo estaba preparado y el palacio real, lucía esplendoroso sus mejores galas. Llegaron dulces de todos los rincones del reino para tal ocasión. Se cursaron las invitaciones y asistieron, representantes del cuerpo diplomático, intelectuales, políticos, miembros de la nobleza y multitud de invitados. El príncipe era objeto de todas las miradas y como era habitual en él le acompañaba la mejor de sus sonrisas.

Como bailarinas que representan el más sincronizado de los ballets, las camareras hicieron acto de presencia en el salón portando las teteras humeantes. Una de ellas abriendo el cortejo, se acercó al príncipe y le ofreció una taza de té “el té verde de la esperanza, Alteza”, y ante la sorpresa del heredero, le mostró sonriente una bandeja con unas galletas en forma de corazón. haciéndole saber que había sido ella misma quien las había preparado especialmente para él, retirándose tímidamente a continuación.

El segundo día todo era semejante al primero, reinaba la alegría, las flores lucían perfectas… la primavera es tan bella… brota tanta vida que incluso el amor estaba a punto de surgir en el té. El tercer día acudieron la prensa y todos los medios de comunicación y existía un cierto magnetismo en el aire. Su Alteza buscaba con sus ojos azules aquellos que en la otra tarde le habían ofrecido las galletas y sentía curiosidad por ellos y su sonrisa.

El momento del encuentro se hizo esperar como las situaciones en que lo bueno tarda en llegar y cuando lo hace, sacia sin igual. Fue en ese instante cuando de entre todos los presentes unos ojos grandes fijaron su mirada en él. Esta vez no hubo palabras, tan solo el encuentro. No había duda, eran los de la camarera que ahora lucia un elegante conjunto de chaqueta y pantalón.

La periodista que se hizo pasar por camarera para estar mas cerca de la noticia se vio envuelta sin quererlo en noticia a su vez. La mirada de ambos se volvió a fundir, esta vez para siempre y tomándola de la mano, la presento como su prometida y futura princesa.

Hoy el té se viste de gala y nuestras energías y respeto va destinado a Su Alteza Real el Príncipe Don Felipe de Borbon y Grecia y a su prometida Doña Letizia Ortiz Rocasolano con nuestros mejores parabienes con motivo de su próximo enlace.

Las Palmas de Gran Canaria a 18 de Marzo de 2004